Los protagonistas del primer conversatorio virtual de Proyecto Público "Una Mirada a Lima desde los Asentamientos Humanos”, fueron los y las dirigentes de las Zonas Altas de Villa María del Triunfo. Este ha sido el primero de una serie de eventos que se realizarán con dirigentes de asentamientos humanos de distintas partes de Lima. Desde una visión general, esperamos que dichos eventos cumplan los siguientes objetivos:  

- Visibilizar los problemas de los asentamientos humanos, sobre todo aquellos de reciente formación.

- Generar una red descentralizada de contactos entre dirigentes, ciudadanos, especialistas de la ciudad, científicos sociales, funcionarios públicos, etc., que puedan crear soluciones colectivas a los problemas más urgentes en los asentamientos humanos. 

- Impulsar la gestión de espacios abiertos de conexión y procesos colaborativos entre actores sociales.

Está claro que bajo una concepción capitalista, uno debe tener la vivienda que puede pagar, y por ello la mayoría de nuestras ciudades son una expresión de las persistentes desigualdades e injusticias de la vida urbana. Los dirigentes de Villa María del Triunfo, uno de los distritos que tiene el mayor déficit de viviendas en Lima, describieron las múltiples carencias y necesidades de su experiencia cotidiana que, por el abandono estatal y sobre todo municipal, se ven obligados a enfrentar valientemente toda clase de desafíos para mejorar la calidad de su hábitat. 

LOS TESTIMONIOS

El primer tema discutido fue el recojo de basura. Este es un problema urgente en los asentamientos, debido a los peligros que representa su acumulación para la salud. Esto es especialmente crítico dada la coyuntura actual de pandemia por el virus COVID-19. De acuerdo al Diagnóstico del PLAM 2035, “…la recolección de residuos municipales no es universal: el Callao alcanza una cobertura del 70%, Lima del 88% y el déficit se encuentra principalmente en zonas donde las viviendas están localizadas en las laderas, cerros y fajas ribereñas, donde el servicio no llega”. Así expone esta grave deficiencia urbana el dirigente del A.H. Quebrada de Jazmín, Alfonso López:

“Existe poca atención respecto al recojo de basura por parte de la Municipalidad de Villa María del Triunfo. El recojo es esporádico, alguna vez viene, una vez a la semana y lo hace de manera desorganizada. Hacen que la gente corra de un lado a otro y no se sabe por donde va a pasar, de modo que la basura queda en las calles regada. Sin embargo, en los recibos de arbitrios nos cobran recojo de basura, barrido de calles, parques y jardines cuando las calles son tierra y no tenemos ni un área verde, porque las autoridades han permitido que las áreas verdes sean invadidas por gente inescrupulosa.” (Alfonso López, Secretario General del A.H. Quebrada de Jazmín).

Otro tema urgente es la falta de mecanismos formales para el acceso a la vivienda, lo que empuja a las poblaciones a recurrir a las invasiones, así como a la compra en el mercado informal de tierras a parceleros que transfieren sus terrenos sin cumplir con los requisitos legales para el cambio de uso de terreno agrícola a urbano, y sin respetar las normas de urbanización vigentes. Esta situación perjudica a los nuevos propietarios, quienes deberán asumir enormes costos no sólo económicos sino también personales, por la relación de conflicto que entablan con los ex-propietarios. Esto se evidencia en el siguiente testimonio, ofrecido por la Secretaria General de la Asoc. Campo Bello – P. Paulet, Cynthia Vega:

“Somos copropietarios, hemos comprado el terreno a un parcelero y nos lo ha vendido sin habilitación urbana. Los terrenos no están formalizados, tenemos problemas para independizarnos, queremos formalizar nuestros documentos para poder independizarnos. Queremos pedir apoyo a COFOPRI, no es nada seguro estar como copropietarios, tenemos problemas en SUNARP para hacer la independización, y por la pandemia no hay atención (…) luchamos por nuestro plano visado, estamos inscritos en el esquema 315, en Luz del Sur hemos presentado nuestros planos, tenemos opositores que truncan nuestros proyectos pero como estamos en regla hemos obtenido la luz.” (Cynthia Vega, Sec. General de la Asoc. Campo Bello – P. Paulet).

Este escenario de informalidad se refleja también en la infraestructura urbana de estos asentamientos, que resulta en limitaciones para la movilidad de los ciudadanos más vulnerables: niños, niñas, personas de la tercera edad y personas con condiciones especiales de movilidad. Además, esta situación puede verse agravada en casos de sismo, si ocurre algún desastre o emergencia de cualquier tipo. Estas son las palabras de Marcos Lavajos, dirigente del A.H. Amp. A. Fujimori:

“Por la falta de escaleras, en el caso de un sismo, habría desesperación y no sabríamos a donde ir. Los niños son los que sufren en invierno por la falta de escaleras y las personas mayores de edad que quieren salir, en invierno es un caos… nosotros estamos en las zonas altas y hacen falta las escaleras. Hemos pedido apoyo a la municipalidad, pero pasa el tiempo y no te atienden, piden requisitos de tal documento y no se puede lograr. Son muchos los requisitos y pasa el tiempo y no nos atienden.” (Marcos Lavajos, Sec. General del A.H. Amp. A. Fujimori).

El modelo de “mercado ejecutor” y “Estado facilitador” de la política de vivienda del Perú excluye al sector socio-económico E, dándoles como única opción ocupar terrenos considerados no habitables en el plano de zonificación de Lima. Después de San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo es el distrito con mayor cantidad de viviendas en riesgo alto o muy alto. Todas las obras que se requieren para superar estas condiciones quedan a cargo de las poblaciones que no tienen acceso a programas masivos de asistencia técnica ni de provisión de materiales. Veámos el testimonio de Mariluz Delgado, Secretaria General del A.H. El Triunfo de J. Gálvez:

“El asentamiento humano se encuentra sobre la ladera del cerro, existen peligros por la caída de las rocas, por incendio, por sismo, por las lluvias, hay una pendiente muy elevada de tránsito vehicular. Con las rocas hemos levantado las pircas, para dar mayor solidez, en caso de incendio las viviendas están hechas de triplay, solo contamos con dos extintores pero dicen que no es suficiente para el control de una emergencia (…) No contamos con agua ni desagüe, menos con un buen acceso hacia nuestro asentamiento. En caso de sismo, no tenemos áreas verdes para una evacuación rápida, y el peligro de las lluvias es que trae mucho barro resbaloso, al caerse uno puede tener fracturas. Con esta pandemia, puede suscitar paros respiratorios… (…) los trabajos lo hacemos en faenas, los materiales nosotros mismos los costeamos, en época de lluvia pasamos momentos muy difíciles (…) en la documentación que uno hace siempre hay una observación, uno tiene las ganas de seguir con todo esto para lograr una mejor calidad de vida para cada uno de nosotros. Necesitamos estudios de suelos, planos de evacuación y no tenemos posibilidades para poder hacerlo… entonces hacemos actividades para poder tener un fondo” (Mariluz Delgado, Sec. General del A.H. El Triunfo de J. Gálvez).

Asimismo, la falta de seguridad ciudadana constituye una grave vulneración a la tranquilidad de los y las ciudadanas de las partes altas de Villa María del Triunfo. La desigual cantidad de policías por habitantes entre los distritos acomodados de Lima y los asentamientos humanos, revela una vez más el estado de marginalización en el que se les fuerza a vivir. Mientras que en San Isidro un policía se encarga de 18 habitantes, en VMT cada policía debe cuidar de 1700 habitantes. Las consecuencias de esta realidad fueron expresadas en el testimonio del Secretario General del A.H. Agrupación Vecinal El Olivo, Ramiro Cahuana Quispe:

“Mi problemática no es ajena al resto de asentamientos humanos, el serenazgo no nos apoya, mas que todo a nosotros que estamos en las zonas altas, no hay ninguna coordinación zonal. Cada asentamiento humano tiene un Secretario de Seguridad Ciudadana. Pero, sin embargo, si hay cobro de los arbitrios y la municipalidad no hace ninguna participación… en el tema de la policía estamos en tiempos de delincuencia, la mayoría tenemos el número telefónico de la Comisaría pero no contestan, ninguna llamada han atendido, estamos abandonados por las autoridades, cada asentamiento humano toma sus propias medidas y nosotros mismos nos encerramos bajo fierros colocando tranqueras, o rejas, es la única manera de combatir la delincuencia” (Ramiro Cahuana Quispe, Sec. General del A.H. Agrupación Vecinal El Olivo).

Los traficantes de tierras actúan con impunidad total en los asentamientos humanos, no participan de las tareas comunales para la mejora del hábitat y además se apropian de los pocos terrenos que las poblaciones reservan para equipamientos esenciales, como centros comunales o áreas de recreación, con la finalidad de venderlos. Para romper las organizaciones, en ocasiones conforman nuevos asentamientos humanos e impiden los procesos de desarrollo urbano e incluso de la formalización de la propiedad. Revisemos el valiente testimonio de la ex-dirigente del A.H. 18 de Junio, Maria Carola Meca:

“Invadimos 5 asentamientos humanos que hemos sido uno solo, pero hemos tenido malos dirigentes que nos desunieron con mala información. Hemos hecho el tramite ante COFOPRI. Nos dijeron los requisitos que nos faltaban obtener, como es el certificado de riesgo de la MML, pero tenemos problemas con ex-dirigentes desde que iniciamos, que son traficantes de terrenos y no nos dejan trabajar, a “18 de Junio” nos mantienen separados, no nos dejan unirnos para nosotros trabajar, para que todo esté en regla, lo que quieren esos malos dirigentes, que han tenido por años el cargo es aburrirnos a todos los vecinos antiguos, para que con la cabeza agachada traspasemos el terreno con el fin de hacer negocio, confunden al pueblo diciendo que el terreno pertenece a una comunidad.” (…) tengo un terreno y les doy gracias a Dios que tengo donde poder estar con mis hijos, pero hay otros que lo usan por beneficio, por vender, por traficar, la municipalidad me decepciona tanto porque yo hice la denuncia en Procuraduría, incluso pedí la desintalación de estos terrenos, pero ¿qué hizo el procurador de VMT? a mi me iban a desalojar, yo lloré de angustia porque yo pensé que iba a ser claro y transparente, pero ellos se prestan por el dinero, los dirigentes bien claro han dicho 'con la plata baila el mono' ." María Carola Meca, Ex Secretaria General del A.H. 18 de Junio).

Así como María Carola, varios pobladores hicieron énfasis en las relaciones corruptas que logran establecer los traficantes de terrenos con las municipalidades, lo cual desincentiva la acción colectiva entre vecinos para el desarrollo de sus asentamientos. Este se puede considerar uno de los problemas centrales en estos asentamientos: la vulneración directa de los únicos mecanismos con los que los ciudadanos cuentan para construir sus hábitats. En la misma línea, nos relata esta dificultad el igualmente valiente testimonio de la actual Secretaria General del A.H. 18 de Junio, Narda Tello:

“…hay un grupo de ex-dirigentes [traficantes] que ponen trabas, hasta hoy no tenemos resolución porque tienen amigos en la Municipalidad… y ahí nos tratan como si fuéramos juguetes (…) hemos presentado papeles el año pasado, hemos mandado cartas notariales, porque no nos hacían caso (…) tenemos problemas con las áreas verdes que los ex-dirigentes han invadido y bien gracias, las autoridades se hacen de la vista gorda. En el plano tenemos 4 lotes, no tenemos áreas verdes ni local comunal, lo ocupan los ex-dirigentes, han hecho un asentamiento que se llama 'Los Portales de Jose Gálvez' y han mentido, han dicho que han invadido el 2004 y ellos han invadido el 2016. Nosotros ingresamos los planos antes que lo invadan a la municipalidad y a COFOPRI y a ellos les han dado resolución diciendo que han entrado el 2004… los vecinos están cansados, en Villa María hay demasiada corrupción, solo atienden a sus amigos, a nosotros no nos atienden…” (Narda Tello, Sec. General del A.H. 18 de Junio).

Los y las dirigentes han reconocido a la ausencia de la municipalidad distrital en el cumplimiento de sus funciones, el tráfico de terrenos, la ubicación en zonas de riesgo y la inseguridad como problemas comunes en todos los asentamientos. Estos problemas son interdependientes, y la acción colectiva, organizada y comprometida, sigue siendo la mejor estrategia que ellos han utilizado para afrontarlos, no sin altos costos económicos, sociales y hasta personales. Los y las dirigentes declararon encontrarse abiertos a dialogar y a proponer acciones conjuntas para enfrentar las persistentes injusticias que viven cada día:

“…pero si nos juntamos todos los dirigentes de estos asentamientos yo les aseguro que vamos a convencer a los dirigentes de Santa Rosa...” (Alfonso López, Sec. General del A.H. Quebrada de Jazmín).
“No tenemos el apoyo de nuestras autoridades, ellos deberían estar en primera fila, creo que no es una lucha perdida deberíamos juntarnos, deberíamos coordinar y no individualizar, nuestra problemática es la misma entonces sumémonos y hagamos un proyecto de titulación masiva y juntémonos todos...” (Ramiro Cahuana, Sec. General del A.H. Agrupación Vecinal El Olivo).
“Estoy de acuerdo con lo que dice el dirigente Ramiro, si nos unimos si nos van escuchar. ¿Porque no unirnos para trabajar conjuntamente con cada uno de los dirigentes de cada asentamiento? La unión hace la fuerza, yo si estoy dispuesta a trabajar por el bienestar de nuestro pueblo…” (Cynthia Vega, Sec. General de la Asoc. Campo Bello – P. Paulet).

Hacia el final de la conversación, los y las dirigentes llegaron a una misma conclusión. La acción colectiva y la auto-gestión han sido y son la base de la construcción de una gran parte de nuestra ciudad, en especial en zonas en que se ausentan los organismos públicos que deberían garantizar el cumplimiento de los derechos de todos por igual. Sin embargo, el reconocimiento de la capacidad y creatividad de estos ciudadanos para producir sus hábitats no debe desplazar la responsabilidad de dichas autoridades. Más allá de no cumplir con sus obligaciones, las autoridades vulneran y debilitan las estrategias colectivas de estos habitantes, lo cual no debe ser aceptado. De manera colectiva, proponemos trabajar para exigir que las municipalidades cumplan con sus funciones, apoyen a las poblaciones, y las acompañen en los procesos de construcción social de su hábitat. Escuchar a los y las dirigentes, quienes se encargan día a día de subsanar la ausencia estatal y municipal, es el primer paso para lograr esta meta.


Socióloga urbana Vera Flores

Arquitecta Yeny Fernandez


(Foto de cabecera: Andina)